ORTIZ DE GONDRA, BORJA
El hijo repudiado de una familia vasca venida a menos se enfrenta desde Nueva York a la tierra y al conflicto que abandonó décadas atrás. «Secretos de familia y un odio viejo que se renueva en cada generación. Esta novela nos habla de la violencia desde un lugar tan íntimo que nos fascina y estremece, y eleva el conflicto a una tragedia clásica. Ahí está el negro corazón de los humanos. Pero también la esperanza.» Rosa Montero Borja trabaja como traductor en un organismo internacional de Nueva York, donde vive con John, su pareja. Una noche recibe una llamada de una prima olvidada para comunicarle que su hermano acaba de morir y que tiene algo que darle. Hace mucho, en los noventa, Borja abandonó el País Vasco para romper con una familia y una tierra intoxicadas por el odio y la incomprensión. En Estados Unidos se convirtió en otra persona, alguien que, con las raíces arrancadas y un pasado sepultado, abrazó un presente vivido en libertad y en otra lengua. Pero una llamada puede bastar para derribar los muros más altos. Ahora él, hijo maldito de una estirpe venida a menos, es el único heredero del caserón abandonado que domina el mar desde lo alto del pueblo de Algorta. Solo él puede abrir de nuevo la puerta y decidir qué hacer con tantos años de silencio y dolor. Pero cerrar las heridas no es fácil y el empeño de escribir un libro sobre aquel pasado tal vez contribuya a reavivarlas. Ortiz de Gondra firma una punzante exploración sobre la identidad, la memoria y la posibilidad de construir un destino propio al margen del que nos impone la familia y del que nos marca nuestra tierra. Sobre sus obras de teatro se ha dicho:
«Ortiz de Gondra nos plantea una imaginación ética, que es aquella que nos arranca de la interpretación maniquea de la historia y nos invita a imaginar al otro, que antes creíamos radicalmente diferente, como a un semejante y, con ello, a imaginar su dolor.»
Edurne Portela, El País «Borja Ortiz de Gondra ha escrito, con acentos personales y aguda mirada histórica, un fascinante fresco político y familiar.»
Vicente Molina Foix, Tiempo «Ortiz de Gondra reflexiona con rigor, emoción y hondura sobre el sufrimiento infligido y sobre la sanación del mismo por medio de una sincera voluntad de arrepentimiento, de perdón y, en último término, de olvido.»
Raúl Losánez, La Razón